Nuevo año y el poder de los nuevos comienzos

Siempre he sido una fiel creyente del poder de los nuevos comienzos y todo lo que estos implican: esa dosis de motivación, el deseo inmenso de alcanzar grandes cosas, de querer conquistar el mundo. A menudo, caemos en la trampa de esperar el momento “perfecto”: un nuevo año, el inicio de un mes, un lunes, un cambio de trabajo, olvidando que cualquier momento puede marcar un nuevo comienzo. Un nuevo inicio es, en esencia, un cambio de actitud, una renovación mental, un deseo de emprender algo nuevo y diferente, una necesidad de hacer un cambio y ejecutarlo.

Entonces, ¿por qué esperar a un nuevo año para fijar mil metas? Podemos hacerlo de manera constante, implementando los cambios necesarios justo cuando los necesitamos, no cuando el calendario lo dicta.

Reconozco el valor de crear un mapa de sueños. Soy una de esas personas que lo elabora y le hace seguimiento. Pero esto va más allá de plasmar deseos; se trata de definir cómo alcanzarlos. Implica comprometer la mente, el alma y el cuerpo a trabajar incansablemente para lograr esas metas, permitiéndose adaptarlas y cambiarlas sin autoreproches.

Un mapa de sueños es comparable a un plan estratégico en una empresa; nos brinda una dirección y un objetivo claro. Esta claridad es sumamente poderosa y valiosa. Sin ella, es fácil perderse, aceptando cualquier destino y dejando nuestras vidas al azar. Por eso, valoro enormemente esta herramienta en mi vida personal. Prefiero ser la autora de mi destino, eligiendo conscientemente hacia dónde dirigir mi futuro.

A este plan estratégico personal debemos agregar la definición de prioridades. Determinar qué es urgente, qué es importante, y qué puede esperar es esencial. Enfocarse en demasiadas cosas a la vez es, en realidad, carecer de enfoque. Establecer prioridades claras y plazos es fundamental para el éxito.

Es importante reconocer que este viaje no es una línea recta.

La vida siempre presenta desafíos que nos sacan de nuestra zona de confort. Pero es en estos desafíos donde reside la oportunidad de crecer. Como dice el dicho, “ningún marinero se hizo experto navegando sobre aguas mansas”. La evolución y el crecimiento personal requieren momentos de adversidad y una disposición constante a aprender de cada experiencia.

Andrea Bravo Giraldo

Gerente de Talento Humano Contex