“Motivar desde la desmotivación” , palabras poderosas y reales 

Por: Andrea Bravo Giraldo

A medida que nos acercamos al final de este 2023 lleno de desafíos, retos, incertidumbre, miedos y oportunidades, quiero reflexionar sobre un tema que, en mi experiencia, ha demostrado ser de gran importancia al momento de liderar: “la vulnerabilidad”.

Y para iniciar a hablar de esto quiero retomar las palabras que hace unos días un Director de obra le dijo a su equipo en un momento donde se sentía completamente abrumado: “Hoy voy a motivar desde la desmotivación” y finaliza su frase con “Es que yo también tengo mi corazoncito”, que  palabras tan sabias y tan poderosas, que muy pocos líderes nos atrevemos a exteriorizar.

Con este mensaje, él logró fortalecer al equipo como su red de apoyo, adicional les permitió proponer ideas para enfrentar las dificultades que se presentaban y encontrar soluciones conjuntas, demostrando que juntos eran capaces de superar cualquier desafío.

Este mensaje auténtico, donde el líder con humildad reconoce su vulnerabilidad, logra inspirar al equipo, fortalecerlo, aumentar la confianza y tiene un impacto transformador en la cultura y dinámica del equipo. 

Por esta razón en un mundo laboral cada vez más complejo y desafiante, las organizaciones necesitamos líderes que sean capaces de mostrar con humildad sus sentimientos, emociones y miedos. Personas reales, de carne y hueso, que sienten y se permiten mostrar quiénes son. 

Contrariamente a lo que algunos puedan pensar, esta transparencia no es sinónimo de debilidad, sino que se convierte en una fortaleza que ayuda a consolidar equipos de trabajo más fuertes y unidos.

Los líderes que se muestran auténticos y vulnerables inspiran a sus equipos más allá de la palabra. Cuando un líder comparte sus propias luchas y miedos, crea un ambiente en el que los demás se sienten cómodos haciendo lo mismo. Esta apertura fomenta la confianza y la empatía, lo que a su vez mejora la comunicación y la colaboración en el equipo.

Además, los líderes que muestran su humanidad demuestran que están dispuestos a aprender y a crecer junto con su equipo. Esto envía un mensaje claro de que nadie es perfecto, pero juntos pueden superar cualquier desafío que se les presente. La vulnerabilidad se convierte en un catalizador para el desarrollo personal y profesional.

En resumen, en un mundo donde la autenticidad y la humildad son cualidades cada vez más valoradas, los líderes que se permiten mostrar sus sentimientos y ser vulnerables son los que realmente destacan. No son sólo líderes, son mentores y compañeros que guían a sus equipos con el ejemplo y que crean entornos de trabajo donde todos se sienten comprometidos, apoyados y tranquilos para aportar.